Homenaje póstumo: Simplemente Lupe

Por: Juan Carlos Salgado Jaramillo

"Hola, yo soy Lupi", repetía una y otra vez mientras mantenía el celular en su mano derecha, con el objetivo de contarles a sus seguidores un sinnúmero de historias y experiencias. 

Lo hacía luciendo una gran sonrisa, con sus ojos negros vivaces y una energía contagiante, irradiando felicidad… Y así tenía que ser, porque para quienes tuvimos la fortuna de conocerla nos hubiera sido difícil identificarla como Luz Piedad Eusse y por eso cuando escuchamos la noticia de una tragedia en el Autódromo de Tocancipá alcanzamos a pensar que no se trataba de ella.

Pero nos equivocamos y sí era nuestra 'Lupi', aquella mujer que aprendimos a querer y a aceptar, porque hay que decirlo sin sonrojo alguno, ella se salía de los esquemas establecidos y de un momento a otro podía aparecer en los lugares como una gran ráfaga de viento, como aquella que quiso llevársela de este plano terrenal sin pedir permiso y sin contemplación alguna. 

Porque a donde llegaba se hacía notar, con una fuerte carcajada, cantando una canción, bailando, con un fuerte abrazo, con un beso sonoro, con una palabra amorosa…

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Así era 'Lupi', que a su manera encarnaba a la mujer colombiana, a la emprendedora, a la hija, a la madre, a la esposa, a la hermana, a la amiga, a la colega, a la mujer del común que tiene que arreglárselas para sacar a una familia adelante y se ve en la necesidad de vestirse de heroína, de convertirse en heroína. 

'Lupi' llegó a un Salón del Automóvil cuya fecha se me escapa de la mente como 'navegante' de Ricardo Soler (pudo haber sido el de 2014), quien se convertiría en uno de sus mejores amigos y en cómplice de sus sueños y sus locuras. 

Y de entrada comenzó a brillar, como lo hacía en las noches cuando era portadora de buenas noticias para algunos afortunados colombianos anunciando los números ganadores del Baloto. 

Y fue presentada como nueva integrante del programa Autos y Motos de la cadena radial Blu y de entrada mostró su gran personalidad y por lo visto Ricardo Soler la dejó ser ella, simplemente ella.

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Una relación que se mantuvo hasta ese domingo 19 de noviembre, cuando estaba estipulada la bandera a cuadros en la carrera de su vida, tras 11 años y 575 programas en las que su voz fue protagonista.

Como modelo brilló gracias a sus 1.78 metros de estatura, con su voz particular en Blu Radio también lo hizo, pero esos dos roles no resultaban suficientes para ella, que siempre quería más y siempre salió por más, como cuando en la temporada de 2015, de nuevo con la complacencia de Ricardo Soler, conformó la grilla de la categoría Junior del TC 2000, de la que no fue una simple invitada, sino que terminó siendo protagonista, convirtiéndose en la primer mujer en el país en ganar un campeonato automovilístico.

Las carreras eran su pasión y como suele suceder con quienes nos dejamos contagiar por los motores, la misma se hizo extensiva a la industria automotriz y por ello, como nosotros, compartió muchos lanzamientos de los nuevos modelos que llegan al país, y siempre impuso su sello particular, 'modelando' y mostrando su punto de vista, no sólo en el programa radial, sino en sus diferentes redes sociales.

Modelo, periodista, piloto…Para cualquier mujer hubiera sido suficiente, pero para nuestra 'Lupi' no, porque ella quería más, mucho más. Y así nos lo hizo saber cuando entró a formar parte de un grupo de bellas y talentosas mujeres dedicadas a la comercialización de vehículos (Logistic Cars), un nuevo rol que me presentó de la siguiente manera: "Quiero agradecerte por tu interés por conocer una nueva propuesta de comprar y vender carros de alta gama. Vas a conocer de primera mano cómo se vive una pasión de mujeres para mujeres".

Porque 'Lupi', sin duda alguna, nos enseñó cómo se vive con pasión y cómo la misma nos lleva a cumplir sueños y deseos. 

A ella se le permitieron algunos, pero no los que hubiera querido vivir, porque en su hoja de ruta, como en la de todos nosotros, está escrito un comienzo y un final. El de nuestra Lupi, fue el 19 de noviembre de 2023, en el lugar en el que ella decía sentirse feliz, ese escenario en el que tuvo la fortuna de saborear las mieles del éxito y el dulce sabor de la champaña, y al que llegó ese día como tantos otros, pero esta vez con una razón especial: el lanzamiento de su ropa deportiva.

Era un nuevo domingo, un día de fiesta y para celebrar, porque una vez más nos estaba dejando en claro que no era una mujer común y corriente, sino que era un ser especial que vino a este mundo a vivir a las carreras, a no pasar desapercibida, a dejar huella, a brillar con luz propia.

Y una vez más tomó su celular con su mano derecha para hacer una historia, de esas que desaparecen con las horas, como la vida, que no es infinita. Habló de la fortuna de haber conseguido un pin que simulaba una de sus posesiones preciadas, un Fiat Topolino, y al ver su preciado tesoro lanzó al viento unas palabras que aún retumban en mi mente: "Muero de amor". Y minutos después lo hizo, porque nuestra Lupi se fue en el lugar que quería y amando lo que quería… 

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