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El día en que nuevo director de la Dian arremetió contra el Grupo Aval y Ardila Lüle
Jairo Orlando Villabona y su postura por los beneficios tributarios a conglomerados empresariales, así como frente a la desigualdad en Colombia y el papel de los medios de comunicación.
El 15 de noviembre de 2022 Jairo Orlando Villabona, quien fue designado este viernes como director de la Dian, expuso en el periódico de la Universidad Nacional su postura en una columna titulada: “Los megarricos no quieren pagar impuestos y se quiere ocultar”.
El nuevo funcionario es profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) Universidad Nacional de Colombia (UNAL); director del Grupo de Estudios Fiscales y de Equidad de la FCE de la UNAL. Ph. D. en Ciencias de la Gestión Fiscal de la Universidad de Rouen (Francia), entre otros cargos.
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De igual forma Villabona cuestionó a loe medios de comunicación en la publicación que presentó con el argumento que: “Un país que concentre la riqueza y el ingreso, que no cuente con un sistema tributario progresivo, que no genere empleos formales, con un sistema productivo limitado, está destinado al subdesarrollo y a la inseguridad en todos los aspectos”.
El siguiente el texto completo de su columna:
“La desinformación
Algunos medios de comunicación sin criterio de independencia han servido de canal para tratar de detener una reforma tributaria, que aunque progresiva, es muy liviana. En el caso del Grupo Ardila Lüle, está interesado en que no se graben las bebidas azucaradas, por cuanto es un renglón importante de su negocio, eso a pesar de que afecte la salud de los menos favorecidos.
La estrategia es muy clara en los noticieros y programas de opinión que ellos manejan, invitan personas de los gremios que defienden sus intereses, también asesores tributarios, financieros y abogados, que trabajan para ellos, raramente invitan representantes de los trabajadores o que tengan un criterio técnico independiente.
Al emitir sus opiniones, estos asesores aprovechan la falta de formación de la mayoría de la población en estos campos y dan información que no es verdadera, sino que es imprecisa o ambigua en cada tema.
También tienden a entrevistar a políticos con intereses particulares, en muchos casos financiados en sus campañas por los mismos grupos, creando la percepción de que estos grupos son unas víctimas.
En algunos medios con total influencia de grupos económicos, por ejemplo, indican que la tasa de tributación de las empresas en algunos casos puede llegar a ser mayor del 100 % de los ingresos o la utilidad, lo que evidentemente no es cierto; en los escenarios que presentan muestran las tasas nominales (la del Código Tributario) de las empresas y no la tasa efectiva o real que se paga.
En 2019 la tasa nominal en el impuesto de renta para las empresas era del 33 %, pero la efectiva o real en promedio fue del 20,8 %; en el caso de los dividendos o participaciones de las personas naturales, indican que hay doble tributación, cuando se sabe que en todo el mundo hay doble tributación: paga impuestos la empresa y pagan impuestos los dueños; de hecho, al sumar los impuestos sobre los dividendos y los impuestos de la empresa, Colombia es el país de la OCDE que lo tiene más bajo, todos los demás países están por encima.
Con el Grupo Aval ocurre lo mismo, a través del periódico de mayor tradición en el país, del cual es propietario, generalmente las columnas relacionadas son escritas por personas que trabajan o han trabajado para el Grupo o que tienen negocios o intereses con este o políticos que los apoyan.
Lo que no se dice en los medios
Es un hecho que Colombia es el país de la OCDE que menos impuestos recauda y de los más bajos de América Latina. Teniendo en cuenta que este es el principal rubro de financiación del Estado, implica que los programas de salud, educación, infraestructura, tecnología y demás cuenten con pocos recursos y sean de regular a mala calidad; sin embargo, esta información excepcionalmente se muestra en estos medios de comunicación.
En el caso del impuesto de renta, el más importante en recaudo en todo el mundo, Colombia recauda cerca del 1,2 % del PIB mientras en los países de la OCDE este recaudo es del 8,5 %, es decir cerca de seis veces menos.
Porque estos mismos medios nunca dicen que Colombia es el país de la OCDE más desigual y actualmente así lo es de Latinoamérica por encima de Brasil, que la tasa de tributación de los 1/100.000 megarricos, es decir cerca de los 30 más adinerados solo está entre el 1 y 2 % de la tarifa efectiva de impuesto de renta, cuando la tasa nominal estaba por encima del 33 %.
Nunca se informa que el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en Colombia, prácticamente permanece constante antes y después de aplicar impuestos, implicando que los impuestos en Colombia no cumplen con la función de redistribución del ingreso, como en cambio sí sucede en los países de la OCDE en donde en algunos casos baja hasta 25 puntos.
¿Por qué no se habla de los beneficios que se les han dado a los hoteles del Grupo Aval que no van a pagar impuestos de renta por varios años, por qué no se habla que un presidente del Senado se ganó casi 600 millones de pesos en dividendos en 2018 y no pagó un peso de impuestos, por qué no se habla que la que la tasa de tributación del 1 por 100.000 más rico de Colombia, cerca de los 30 más ricos pagan tarifas efectivas en el impuesto de renta entre el 1 y el 2 %, por qué no se habla de eso en los medios?
Colombia debe ser el único país del mundo en donde los pensionados que se ganan el mínimo, un millón de pesos al mes, están protestando porque las pensiones de más de 13 millones de pesos no paguen impuestos, cuando se sabe que esas pensiones están subsidiadas por el Estado, por cuanto estos pensionados nunca ahorraron los recursos suficientes para que les tuvieran que pagar esos montos, la mayoría de estas pensiones altas en Colombia corresponden a regímenes especiales, de magistrados, congresistas, fuerzas armadas, presidentes, etc.
No se menciona que las herencias de los más ricos en países altamente capitalistas como Japón pagan impuestos del 55 %, en Corea 50 % con tarifas progresivas, y en Colombia actualmente solo el 10 % y piensan dejarlo en el 15 %, además con una tarifa plana y no progresiva.
No se informa que en todos los países de la OCDE la suma del impuesto de las empresas y los dividendos es superior a la que se paga en Colombia. Acá sucede lo contrario: generalmente sale el presidente de la ANDI indicando que esos impuestos en Colombia suman cerca del 70 % o más, sin embargo, ese valor exagerando en nuestro país no llega al 28 %, mientras en Alemania en 2020 con cifras de la OCDE es del 48,4 %, en Suecia es del 47,6 %, en España es del 42,3 % y Chile 40 %.
Muy poca publicidad se les da a investigaciones de los Pandora Papers o Panamá Papers, en donde se informa las personas y empresas con recursos en los paraísos fiscales, que como es claro tienen como propósito ocultar los patrimonios y no pagar impuestos; en estos documentos se mencionan los principales accionistas de los grandes grupos económicos del país, expresidentes, políticos, etc.
De hecho, con información emitida por el Banco de la República, se aprecia que entre los principales receptores de inversiones de colombianos se encuentran Panamá, Bermudas, Islas Caimán, Luxemburgo e Islas Vírgenes.
¿Cuándo se escuchará o se verá un programa en el que se informe que el consumo excesivo de bebidas azucaradas produce 184.000 muertes anuales en todo el mundo? Los comestibles ultraprocesados generan un mayor riesgo de padecer enfermedades como diabetes, cáncer y accidentes cerebrovasculares, especialmente en las personas de menores ingresos, ya que la inversión del Estado para tratar estas enfermedades es billonaria, debilitando las finanzas del Estado.
Poco se informa de cómo entre 2008 y 2021 la deuda pública se triplicó, más aún con una alta devaluación, lo que hará que los presupuestos futuros del país se vean seriamente comprometidos para la inversión en programas de salud, educación, infraestructura y demás.
No escuchamos noticias que nos informen que grandes extensiones rurales estén avaluadas por menos del 10 % de su valor comercial, es decir que sobre esos bajos valores es que pagan impuestos, favoreciendo a grandes latifundistas con tierras improductivas y afectando las finanzas de los territorios. Excepcionalmente el diario El Espectador hizo un análisis de una situación particular de un predio de un expresidente en donde se verificó esta situación.
Es un ejemplo la revista Cambio, que informa que, debido a ciertos intereses privados, la DIAN se convirtió en una presunta aliada estratégica de las firmas de abogados Brigard Urrutia y PriceWaterhouseCoopers SLT (PWC).
Según el Sindicato Nacional de Empleados de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Sinedian), dichos bufetes se encuentran involucrados en un supuesto tráfico de influencias para nombrar asesores, directivos y provisionales dentro de la entidad.
No se informa que en Colombia el patrimonio es altamente concentrado, el 1 % más rico del país tiene el 68,7 % del patrimonio y el 10 % más rico tiene el 85,8 % en 2018 según cifras de Benítez & Velavos del Centro de Administraciones Tributarias, parecería que esta es un situación normal que no debe ser conocida.
No se puede entender cómo en el actual Gobierno, que promueve la transparencia en la información, no entregue la información solicitada a la dirección de la DIAN sobre los agregados de las declaraciones de renta de las personas naturales, estos son fundamentales para los análisis de la eficiencia del sistema, la progresividad y para plantear políticas públicas.”
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