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Corinna Larsen, ex amante de Juan Carlos, quien puso en jaque la casa real de España

Por LeidyHernandez | Mar, 04/08/2020 - 09:42

Corinna Larsen es la ex amante del Rey emérito que puso en jaque a la Corona. Pues las relaciones extramaritales del monarca marcaron su vida, pero aunque ya no se habla con la empresaria alemana, ambos se preparan para rendir cuentas ante la Justicia de Suiza. Mientras tanto, el Rey emérito anunció que se mudará definitivamente a otro país.

En el momento en que el rey Juan Carlos I conoció a Corinna Larsen supo que esa relación no sería solo un amorío más. El monarca cayó rendido ante los encantos de la alemana por su belleza, su clase y su inteligencia. Para poder verla, muchas veces se arriesgó a ser capturado por los flashes y con el paso de los años y el fortalecimiento de la relación, el monarca dejó de ser cuidadoso con la prensa y la pasión por la mujer quedó plasmada en postales juntos.

Si bien terminó siendo un romance explosivo y que hoy pone en jaque a la casa real de España, se desconoce con certeza cuándo y dónde comenzó la relación entre el rey emérito Juan Carlos, de 82 años, y Corinna Larsen, de 56. Algunos medios especializados en realeza aseguran que se conocieron en 2005, en un festival de tiro que se llevó a cabo en las afueras de Toledo. Otros aseguran que el primer encuentro ocurrió en 2006, cuando fueron presentados durante una cena en Ditzingen, Alemania. Para ese entonces, ambos estaban casados, pero la pasión fue más fuerte y se convirtieron en amantes.

Amantes

Cabe recordar que desde 1962 el monarca está casado con la reina emérita Sofía, de 82 años, hija del rey Pablo I de Grecia y de la reina Federica; por otro lado, Corinna estaba casada con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein, su segundo marido.

Aunque para la reina Sofía, las aventuras amorosas de su marido nunca fueron una novedad y siempre se ocupó de saber quiénes eran sus amantes. En algunos casos ordenó que no se les permitiera la entrada al palacio para ciertos festejos oficiales y hasta habría impedido que una de ellas pudiera amarrar su yate en un exclusivo club náutico de Palma de Mallorca. Esas eran las “pequeñas venganzas” de la Reina, quien, a pesar que hace muchos años no tiene vínculo íntimo con su marido, continúa viviendo junto a él. 

Por su parte, Corinna, desde muy jóven, buscó frecuentar los más selectos circuitos de la aristocracia y de la nobleza europea. Nació en Alemania, a los 25 años se casó con el empresario británico Philip Adkins, a quien conoció cuando ella trabajaba para una empresa multinacional en París. Fruto de ese matrimonio nació su hija mayor, Nastassia.

Una década después de ese enlace, Corinna se divorció de Adkins y se enamoró del príncipe alemán Johann Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn. En 2000, la pareja selló su amor y se casaron, a pesar de que la familia del novio se opuso y, por ello, no asistió al enlace. Los íntimos del príncipe no comprendían su repentina boda con Corinna, ahora convertida en princesa y 12 años mayor que él.

Dentro del Palacio Real se vivieron momentos turbulentos cuando se rumoreó que el padre del hijo menor de Corinna era el rey Juan Carlos y no el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn. Finalmente, la situación se aclaró, ya que Alexander nació antes de que Juan Carlos y Corinna se conocieran.

La mujer, ahora ex amante del rey Juan Carlos, se desempeñó en el mundo de los negocios y se mantuvo cercana a la realeza, como cuando fue elegida como consejera personal de Alberto de Mónaco y asesora de imagen de la princesa Charlene.

El romance entre Corinna y Juan Carlos podría haber permanecido en la clandestinidad por muchos años si aquel famoso safari en Botsuana, ocurrido en 2012, no se hubiera conocido. Para ese entonces, Corinna trabajaba en una agencia que organizaba viajes de caza de lujo para clientes de muy alto nivel, entre quienes se encontraba el entonces monarca.

J Carlos

Pero cuando se confirmaron las sospechas del romance, en la casa real de España se desató el infierno. Los problemas comenzaron a acumularse, a tal punto que en 2014 Juan Carlos tuvo que abdicar irremediablemente en favor de su hijo, Felipe.

Sin embargo, además de los lujos y la pasión, también había negocios millonarios de por medio y son esos por los que ahora el rey podría tener que sentarse a dar explicaciones en el banquillo de los acusados. Por lo pronto, la justicia de Suiza -a través de un fiscal de Ginebra, Yves Bertossa- investiga también a la ahora ex pareja del monarca, ya que ambos podrían haber sido beneficiarios de comisiones irregulares recibidas por la monarquía de Arabia Saudita, valuadas en más de 100 millones de dólares.