Organizaciones sociales advierten que el retorno voluntario no significa que tengan garantías de seguridad y de condiciones de vida digna para su permanencia.
Alrededor de 20 días después de abandonar sus viviendas por los combates entre estructuras ilegales, 33 de las 220 familias que se desplazaron de la Isla de la Amargura, en el municipio de Cáceres (Antioquia), regresaron de manera voluntaria a su vereda.
Pese a que el Ejército está acompañando el retorno voluntario de estas personas, organizaciones sociales que hacer presencia en esta región del departamento, sostienen que la decisión no está motivada en un aumento en las condicione s de seguridad en la zona.
Los grupos familiares estaban albergados en una escuela del corregimiento El Guarumo de esta localidad y otras decidieron irse para Caucasia.
Oscar Yesid Zapata, vocero del Proceso social de garantías en Antioquia, asegura que es probable que dentro de poco tiempo se registren nuevos hechos de violencia.
Además añadió “que estas familias tengan que regresar por sus propios medios es una señal de la poca presencia del Estado que no brindó las alternativas para que estas personas estuvieran bien, pese a la alerta temprana que emitió la Defensoría del Pueblo sobre este territorio desde hace tiempo”.