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Cerca de 600 víctimas entre manifestantes y policías deja paro nacional

Al tiempo que continúan las protestas a nivel nacional, el balance en desarrollo de las marchas ya se acerca a las 600 víctimas. Mayor número de afectados son 341 miembros de la Policía, por encima de la cifra de manifestantes quienes claman por el joven Dilan Cruz y piden sanciones por otros 200 civiles lesionados.

Por Agencia Periodismo Investigativo |

Las marchas no cesan, las arengas se elevan y las cacerolas retumban. El paro no para, tampoco los heridos. Desde que se inició el cese de actividades el pasado 21 de noviembre los centros de salud de las principales ciudades en donde se han registrado las concentraciones han atendido a cerca de 200 ciudadanos y 341 policías. El balance ya se acerca a 500 personas de lado y lado.

Los estudiantes Diana Rocío Pinzón y Dilan Cruz, son dos ciudadanos que se convirtieron en el símbolo del paro nacional por lo que ha sido calificado como exceso de la Fuerza Pública. Cuando aún no se hablaba de saqueos, vándalos y el toque de queda en Cali y Bogotá se presentó el primer hecho. 

A la altura de la Universidad Nacional, en la calle 26 con carrera 30 en Bogotá, Diana Rocío Pinzón, recibió una patada en la cara de un efectivo de la Policía de apellido Cardozo, en momentos en que forcejeaba con los agentes.

El impacto la dejó en el piso y de ahí fue trasladada a un centro médico. Sus compañeros de marcha advirtieron que ella solo intentó auxiliar a un compañero, otros testigos indicaron que se enfrentó a la Policía.

El otro afectado es Dilan Mauricio Cruz Medina, un joven de 18 años, estudiante de grado 11 de un colegio público, que hacía parte de una de las movilizaciones del sábado 23 de noviembre en el centro de Bogotá. En la calle 19 con 4 en pleno corazón de la ciudad cuando efectivos del Esmad cumplían la orden de disolver las marchas, utilizaron gases lacrimógenos para dispersar. 


Según los múltiples videos desde varios ángulos en los que se evidencian los hechos, Cruz se abalanzó sobre uno de los gases que segundos antes había arrojado el Esmad, lo agarró y lo devolvió hacia el escuadrón.

Segundos después uno de los integrantes del Esmad disparó a corta distancia un gas que impactó en el joven. Cruz terminó ingresado por urgencias, fue internado en cuidados intensivos y su pronóstico es reservado.

Versiones indicaron que el joven se unió a las protestas porque había solicitado un crédito para estudios en el Icetex con el propósito de iniciar sus estudios universitarios el próximo año. Sin embargo, la entidad a través de un comunicado desmintió estas versiones indicando que Cruz no ha hecho ninguna solicitud ante esta institución.

“Es importante aclarar que Dilan aún se encuentra cursando grado once y que recibió los resultados de la prueba de Estado el pasado 19 de octubre. Por lo tanto, la convocatoria de nuevos créditos a la que se podría postular es la del primer semestre de 2020”, explicó el Icetex.

Este hecho polarizó aún más el país. Desde los sectores que coordinan las marchas calificaron lo sucedido como un exceso de fuerza del Estado. En la otra orilla, señalan cómo responsables a los que han convocado nuevas marchas, pues afirman que el paro fue el pasado 21 de noviembre y este no tenía porque haber continuado.

“El paro terminó a las 00:00 horas y, consecuencialmente hoy tiene que volver a la normalidad. Nada de oportunismos politiqueros. Me refiero a los trinos del senador Gustavo Petro invitando a focos de resistencia y cabildos populares”, aseguró Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo, CGT.

Otras voces como Jeniffer Arias, representante a la Cámara del Centro Democrático, cuestionaron que el senador Gustavo Petro, a través de su cuenta de Twitter, hubiera convocado a los jóvenes de los colegios a marchar. “Solicito muy especialmente a los jóvenes de los colegios de secundaria del país a reunirse en asamblea y decidir salir a las marchas del 21 de noviembre”

Igualmente, el congresista insistió en su postura y señaló, “Mañana 25N la movilización continúa. El comité del paro la ha convocado y todas las ciudades de Colombia pueden salir masivamente a las calles”.

Frente al caso de Dilan, la institución respondió, “cuando a mi ese policía me dice dentro de su drama, hasta aquí me llegó mi vida, hasta aquí mi familia, hasta aquí mi profesión. Hasta aquí todo lo que él ha proyectado, lo que ha construido. Lógico que yo no puedo levantar a Dilan de esa cama donde está en este momento o en esa sala de cuidados intensivos. Pero también tengo que ponerme en los zapatos de esta otra persona” afirmó el general Hoover Penilla, comandante de Policía de Bogotá.

Si bien Diana Rocio y Dilan se han convertido en referentes de las protestas, no son los únicos. Según registros de las secretarias de salud y los hospitales y clínicas a nivel nacional, cerca de 200 personas que han asistido a las manifestaciones han sido remitidas a centros asistenciales por afectaciones relacionadas con las jornadas de protesta.

En contraste está el drama de los miembros de la institución. El que viven las familias de 341 uniformados que hacen parte de los heridos en estos tres días de marchas y protestas desde que se inició el paro nacional.

Una situación que se acrecentó por el atentado del viernes en la noche en Santander de Quilichao, Cauca, cuando un artefacto explosivo fue activado cerca a la estación de policía El Limonar. Este hecho causó la muerte de tres uniformados y dejó a otro 10 heridos.

La Agencia de Periodismo Investigativo, API, accedió a los registros de diferentes entidades asistenciales a nivel nacional que detallan la situación médica de varios uniformados. En Bogotá, se presenta el mayor número de casos con 232 miembros de esa institución que ha resultado lesionados.

En concreto, las lesiones de los uniformados en diferentes casos obedecen a trauma craneoencefálico, contusiones en rostro o trauma facial. En dos hechos, los patrulleros Camilo Moreno Giraldo y Carlos Criales Pizarro, presentan politraumatismo y tienen delicado estado de salud.  

Otros uniformados aún permanecen en observación; el patrullero Walfran Enrique Narváez quien presenta trauma ocular. Incluso fue necesaria cirugía. También tiene dificultades médicas el patrullero Jorge Andrés Contreras Corredor, quien esta internado en la clínica de Occidente en Bogotá con difícil pronóstico. Presenta trauma ocular, nasal y de cabeza.

En el Valle del Cauca, han resultado lesionados 66 uniformados. Al igual que en Bogotá, la mayoría ha presentado contusiones en brazos, cara, piernas, entre otras afectaciones a su salud. Dos patrulleros presentan contusión en la cabeza tras haber sido atacados con objeto contundente. Ellos son Víctor Becerra Ramírez y Edwin Gamba Lara.

Con respecto a Cundinamarca, 14 uniformados han sido afectados en su salud luego de las marchas. En Santander, nueve policías fueron lesionados, al igual que en Antioquia que registra siete, así como Caldas con cinco. En Norte de Santander, el patrullero Harold Nova González, presenta trauma facial por artefacto explosivo. 

Otros departamentos con policías afectados en su salud por la marchas son Boyacá, Tolima, Nariño y Cauca. En esas regiones del país los efectivos policiales presentan también dificultades médicas por traumatismos, contusiones y lesiones en extremidades superiores e inferiores.

A estos hechos se suma, la situación médica de varios uniformados que fueron víctimas en el atentado en Santander de Quilichao. Las historias clínicas conocidas por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, muestran sus diagnósticos.

En la Fundación Valle de Lili, en Cali se encuentra hospitalizado el Subintendente José Miguel Sánchez Chapuel de 44 años. Su historia clínica revela que presenta quemaduras múltiples grado I en el 15% de su cuerpo. Principalmente en su cara, tórax y miembro superior, se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Militar herida


En otro centro médico de esa ciudad, en la Clínica Nuestra Señora de Cali están Jamison Ospina Saldarriaga de 39 años quien presenta perforación de tímpano, quemaduras grado II y esquerila profunda de glúteo. 

En Imbanaco en Cali, Jorge Mario Delgado Martínez de 32 años, presenta heridas profundas en cara, tórax y abdomen. Hasta hace unas horas estaba pendiente de valoración por neurocirugía. 

La patrullera Yésica Escobar Villamil de 33 años, quien fue internada en la Clínica Regional de Occidente en Cali, llegó con una herida frontal, laceraciones superiores e inferiores. Estaba a la espera de una valoración con ortopedista para valorar grado y complejidad de sus traumas. 

Por afectaciones similares el patrullero Luís Martínez Suárez de 32 años fue remitido por urgencias hasta la Clínica Amiga de esa ciudad al presentar trauma en su pierna izquierda y mano derecha. También está a la espera de los resultados de valoración por ortopedia.

El subintendente Olmer Iván Guerrero de 35 años, se recupera en la Fundación Valle de Lili de impacto por esquirlas en momentos superiores, está a la espera del resultado que arroje una tomografía de cráneo.

Comienza una nueva semana y tanto las familias de los manifestantes como de los policías claman para que no se sigan presentando más víctimas en un paro nacional, cuyo saldo ya llega a 600 personas entre civiles y policías. 

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