Sara Castellanos Rodríguez, es heredera de una casta cristiana, política y electoral. Tiene 27 años, un título académico en gobierno y relaciones exteriores de una universidad en Estados Unidos, es madre de dos niños, está casada con un pastor cristiano brasilero y desde este lunes es la punta de lanza del Partido Liberal al Concejo de Bogotá.
Su nombre ha generado un torbellino político. Desde que Iván Duque ganó la presidencia de la República, la unión entre el expresidente César Gaviria jefe único del Partido Liberal y la cabeza de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras parecía indivisible.
Unidos ante la ausencia de participación política en el gobierno, castizamente conocida como “mermelada” han materializado una oposición que se reflejó en el balance de la pasada legislatura, en donde el gobierno se rajó.
Sin embargo, esta relación tambalea desde que el pasado 22 de julio el expresidente César Gaviria, a través de un video, anunció que Sara Castellanos será la cabeza de lista, es decir, tendrá el número uno en el tarjetón al Concejo de Bogotá.
Cuarenta y ocho horas antes, Cambio Radical daba por descontado a Castellanos Rodríguez como su cabeza de lista también al Concejo de la capital y se rumoraba en los metideros políticos que por los lados del Partido Liberal, la elegida era María Paz Gaviria, la hija del expresidente y quien siempre se ha mostrado ajena a los temas electorales. Hoy se afirma que ese nombre solo fue una cortina de humo mientras se sellaba la alianza Liberal-Cristiana.
Queremos una Bogota moderna, con seguridad, educación y oportunidades! @PartidoLiberal #construyamoselfuturo pic.twitter.com/q7joGHusQo
— Sara Castellanos (@sarag12) July 22, 2019
Desde entonces las críticas al expresidente Gaviria no han cesado. Lo han señalado de incoherente y de llevar el partido hacia sus intereses personales. Pocos entienden por qué le abrió las puertas a un sector cristiano alejado de las tesis de la colectividad y hace unos años propiciaron la renuncia de Viviane Morales, hoy embajadora en Francia, por entre otros asuntos, convocar a un referéndum para prohibir la adopción por parte de parejas del mismo sexo, por su posición frente a la ideología de género.
Sin embargo, la incoherencia política no solo está del lado del expresidente Gaviria, también de la proclamada candidata por el Partido Liberal, Sara Castellanos quien ha demostrado ser más uribista pura sangre que muchos de los que hacen parte del partido del expresidente Álvaro Uribe.
El 22 de octubre de 2015 la hoy candidata del Partido Liberal, escribió, “Paz sin impunidad! Pacho Santos es mi alcalde”. Una semana antes invitó a sus seguidores a votar por el entonces candidato a la alcaldía de Bogotá, Francisco Santos, bajo el argumento de la estabilidad familiar, “Porque amo la familia, porque amo la vida desde la concepción y porque quiero cambio con seguridad por eso estoy con Pacho Santos”.
También hizo pública su postura sobre el proceso de paz. “No queremos más vacaciones para los guerrilleros #GanaZuluagaGanaColombia”, “Justicia. Que los máximos líderes de las Farc pasen directo al Congreso sin voto popular #ZuluagaPresidente”
Y es que desde el primero de junio de 2014, Sara Castellano ha trinado o retuiteado en 84 oportunidades sobre su afinidad por Álvaro Uribe Vélez, Óscar Iván Zuluaga, Francisco Santos, en contra de Juan Manuel Santos y el proceso de paz. Y solo uno en favor del Partido Liberal, justamente el del pasado lunes en el que hizo pública su inscripción por este partido.
Precisamente el proceso de paz una de las banderas del Partido Liberal, basta recordar la famosa arenga del expresidente Gaviria, en contra del expresidente Uribe hoy senador en la que le gritó en la plaza pública, mentiroso, mentiroso, mentiroso.
Este es uno de los puntos de inconexidad entre César Gaviria y Sara Castellanos. Es la cuarta hija de la pareja conformada por Claudia Rodríguez de Castellanos, pastora de la Misión Carismática Internacional y senadora entre 1991-1994 y 2006-2010.
Rodríguez de Castellanos aterrizó en la arena política en 1989 cuando fundó el Partido Nacional Cristiano. Ahí empezó a cultivar un caudal electoral que inició con 33.645 votos, aunque insuficientes para pensar en ganar la presidencia constituían la primera piedra de una corriente política que unía la religión con la política en el marzo de la Constitución de 1986 cuando aún se concebía a Colombia como una nación católica y no laica como ocurrió en la Carta Magna de 1991.
Y es justamente a ella y a su unión con el Movimiento Unión Cristiana que se le adjudica la inclusión en la Asamblea Nacional Constituyente del derecho a la libertad de cultos. Incluso en 1994 impulsó hasta su aprobación la ley 133 por medio de la cual se desarrolla la libertad religiosa y de cultos.
Ese mismo año, el Partido Nacional Cristiano logró un escaño en la Cámara de Representantes. Dos años atrás ya habían ligado representación en el Concejo de Bogotá y en las recién constituidas Juntas Administradoras Locales, JAL.
Al ritmo que crecía su iglesia cristiana, también lo hacían los sufragios en las urnas y la representación en las principales dignidades del Estado de su familia. En 1997 su padre, Luis Alfonso Rodríguez logró una curul al Concejo y un año más tarde su esposo el pastor César Castellanos obtuvo una curul en la Cámara.
En el año 2000 su partido logró la tercera votación a la alcaldía de Bogotá con 183.000 sufragios. Sin embargo, los efectos del acto legislativo del año 2003, paradójicamente impulsado por el gobierno del presidente Uribe, modificó los umbrales. El Partido Nacional Cristiano perdió su personería jurídica al no lograr sacar un mínimo del 2% de la votación total. Por ello, al desaparecer se cocinó una alianza con Cambio Radical en el año 2005.
En el 2004 el entonces presidente Uribe la nombró embajadora en Brasil en donde tuvo cuestionamientos. En el entretanto su hermana Emma Castellanos continuó con la fuerza política con la que en el 2007 logró tres escaños en el Concejo de Bogotá y representación en las localidades más grandes de la ciudad como Bosa, Kennedy, Usme, Fontibón y Suba.
Gracias al acto legislativo de 2009 que permitió el cambio de partido, Claudia Rodríguez de Castellanos le dijo adiós a Cambio Radical y aterrizó en el Partido de La U, cuatro años después y ante la enemistad entre Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe Vélez, abandonó del partido de la Unidad y le manifiestó su afecto político al Partido Centro Democrático y por su puesto a la candidatura de Óscar Iván Zuluaga, en donde su hija Sara, de entonces 22 años, ya era una de sus más fervientes seguidoras del uribismo.
A Claudia también se le recuerda cómo una de las promotoras del No al plebiscito que refrendaría el acuerdo de Paz con las Farc. Ahora su hija Sara selló su alianza con el jefe de debate del presidente Juan Manuel Santos y uno de los abanderados de los acuerdos.
“Mi liberalismo proviene de mis abuelos que siempre me hablaron de equidad, igualdad, justicia y progreso, nosotros tenemos profundas raíces liberales y hoy que asumo este gran reto y oportunidad, que nadie le quepa mejor duda, vamos a trabajar fuertemente para modernizar a Bogotá construyendo unidos”, expresó Sara Castellanos al ser proclamada cabeza de lista al Concejo por el Partido Liberal.