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Las entregas controladas de cocaína

Desde el año pasado, se ha incrementado el uso de agentes encubiertos en la lucha contra el narcotráfico en Colombia. Bajo el sistema denominado entregas controladas de droga se vienen desarticulando organizaciones criminales en el país y en el exterior. Es el mecanismo del momento y hace parte de la incautación de cerca de 800 toneladas de droga en los últimos meses. Un mecanismo que se reguló desde el año 2004 pero que se reactivó en los últimos dos años.

Por Norbey Quevedo |

Hace un año, en el puerto de Algeciras, en Cádiz, España, se incautaron seis toneladas de cocaína, en lo que se suponía se trataba del mayor alijo de la historia de Europa detectado por las autoridades. Cuatro meses después, la cifra se superó. En ese mismo puerto español, el buque ‘Lucie Schutle’ fue interceptado por la Policía y funcionarios de la Agencia Tributaria de ese país que detectaron en la embarcación 8.740 kilos de droga camuflados en un contenedor que transportaba plátanos. Pero las incautaciones no pararon allí. En desarrollo de la operación ‘Odissea’, nuevamente en agosto cayó otro cargamento en el mismo sitio. Esta vez, fueron detenidas  ocho personas con 520 kilos de cocaína. Las fichas clave para dar el golpe contra el narcotráfico, fueron agentes encubiertos colombianos que se infiltraron en las organizaciones y a través del mecanismo conocido como entregas controladas lograron no solo los significativos decomisos sino que desarticularon la base de tres estructuras criminales.

Este mecanismo, se convirtió en los últimos años, en la herramienta que mejores resultados está dando en Colombia en la lucha contra el narcotráfico a nivel internacional. Se comenzó a utilizar hacia el año 2011 cuando las autoridades nacionales vieron la necesidad de usar nuevos esquemas que permitieran reaccionar frente al fenómeno del tráfico de drogas que para la época registraba crecimiento desbordado. Además de las rutas del Pacífico colombiano, los corredores del nordeste antioqueño para salir al Mar Caribe, las estructuras que directamente transportaban la cocaína en los departamentos del norte del país y las rutas internas provenientes del Caquetá, Nariño y Cauca, hicieron necesaria la búsqueda de otra fórmula para combatir el flagelo.

La fórmula estaba escrita, pero poco se había utilizado. En el año 2004, luego de la aprobación del Código de Procedimiento Penal, sin advertirlo de manera abierta, los narcotraficantes colombianos y sus socios de Norte América, Europa y África recibieron un fuerte golpe legal. Esta vez, no fueron las incautaciones, las operaciones localizadas en las regiones, el seguimiento a las actividades de los actores ilegales del conflicto como guerrilla, autodefensas y las nacientes bandas criminales, sino el trabajo de un sector de la justicia y varios legisladores que incluyeron en ese Código un artículo que a la luz actual se ha convertido en fundamental para dar tiros de gracia a los traficantes de droga que tienen convertida a Colombia en el mayor productor de cocaína a nivel mundial y que han expandido sus tentáculos para fortalecer la actividad al punto de volver a incrementar los cultivos ilícitos en una cantidad que ya superó las 200 mil hectáreas sembradas con hoja de coca.

Narco

El artículo, que se ha convertido en el paliativo a la incesante lucha contra el narcotráfico que está afrontando un sector de las autoridades es el 243, que pese a que existía desde el año 2004, se empezó a aplicar con mayor voluntad en 2011 y actualmente es el eje de las operaciones en la lucha contra el narcotráfico

El artículo, que se ha convertido en el paliativo a la incesante lucha contra el narcotráfico que está afrontando un sector de las autoridades es el 243, que pese a que existía desde el año 2004, se empezó a aplicar con mayor voluntad en 2011 y actualmente es el eje de las operaciones en la lucha contra el narcotráfico. Según esta norma, cuando el fiscal del caso tiene motivos suficientes para creer que la persona investigada interviene en el transporte de droga, armas, explosivos o municiones, está facultado para ordenar la vigilancia en la entrega de esa mercancía ilegal. Es decir, se permite que los elementos prohibidos lleguen a su destino final, pero bajo la vigilancia encubierta de agentes de la Policía Nacional. En otras palabras, la ley posibilita que las autoridades se infiltren en las organizaciones, obtengan información, entreguen cantidades de droga y de esta manera desarticulen las organizaciones.

Fue justamente, lo que sucedió en España. De allí que en el último año se hubiese logrado en tres operaciones, las incautaciones más importantes en la historia del país ibérico. Estas estructuras fueron desarticuladas mediante la participación de seis agentes encubiertos colombianos que se mimetizaron en las organizaciones internacionales de narcotraficantes y lograron el resultado. Una labor que permitió detectar como los narcos luego que la droga salía del interior de los contenedores ubicados en el puerto, la transportaban para su distribución en un camión para posteriormente trasladarla al Polígono Industrial de Palmonés, en el sector de Los Barrios, en donde se almacenaba el alucinógeno.

O cómo, otra entrega permitió que los agentes antinarcóticos conocieran el recorrido de una nave industrial que importaba la cocaína mediante la exportación de una empresa fachada con sede en Colombia que se contactó con una supuesta compañía importadora española y que terminó en la incautación en Málaga. Detalles, de las tres operaciones en España que de lejos superaron lo logrado en 1999 cuando en la embarcación Tammsare se incautaron 7.6 toneladas de cocaína. De hecho, en la operación del 25 de abril, se detuvieron a tres personas en Málaga, dos en Lyon (Francia) y una en Algeciras, también España.

Según lo señaló en su momento a los medios de comunicación Juan Ignacio Soido, ministro del Interior de España, “estas operaciones certifican el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y demuestran que la lucha contra el narcotráfico es prioridad para nosotros y vamos a seguir persiguiendo los narcotraficantes por tierra, mar y aire. Quienes trafican con droga y quienes les ayudan deben saber que van a pagar tarde o temprano por ello y que vamos seguir trabajando sin descanso para sacar la droga de las calles para que los españoles estén seguros”.

Droga

De esta parte del continente, la persona que coordina a los agentes encubiertos y las entregas controladas en Colombia, quien solicitó omitir su nombre por obvias cuestiones de seguridad, le señaló a la Agencia de Periodismo Investigativo, API,  como el año pasado la incautación de droga se acercó a las 450 toneladas y este año la cifra se estima que será cercana a las 400 toneladas

De esta parte del continente, la persona que coordina a los agentes encubiertos y las entregas controladas en Colombia, quien solicitó omitir su nombre por obvias cuestiones de seguridad, le señaló a la Agencia de Periodismo Investigativo, API,  como el año pasado la incautación de droga se acercó a las 450 toneladas y este año la cifra se estima que será cercana a las 400 toneladas. “Si bien, se han efectuado decomisos de droga significativos en Colombia y en el exterior, gran parte de los resultados que se han obtenido en la lucha contra el narcotráfico obedece a este esquema que se viene utilizando con mayor intensidad en los últimos dos años. Aquí lo fundamental, no es tanto la cantidad de droga decomisada, lo esencial, es la infiltración y la desarticulación de las organizaciones criminales que inundan de narcóticos las calles  y facilitan el aumento del consumo”.

La práctica de utilizar agentes encubiertos data de antaño en el mundo del espionaje y de las infiltraciones como mecanismo de lucha contra el delito y el narcotráfico especialmente. Lo que no se venía usando en Colombia en los últimos tiempos es el mecanismo de entregas controladas. En este entorno, el año pasado participaron en los dos últimos años 44 agentes encubiertos que en 2017 efectuaron, 105 operaciones exitosas de entregas controladas. En lo que va corrido del año esta cifra ya llega a 57, una diferencia que se sustenta, en que cada día es más difícil la infiltración de las estructuras criminales.

El mayor número de operaciones se concentra en Estados Unidos. Sin embargo, la lucha antidrogas en actividades de entregas controladas está trascendiendo a otros países. España, Francia, Holanda, Alemania, Inglaterra, Portugal, Israel y Costa Rica han sido parte de las naciones en donde viene operando este mecanismo que es el más usado en Colombia con el apoyo de agencias internacionales para el control del tráfico de sustancias ilícitas de Estados Unidos y Europa, principalmente.

No obstante, no es un trabajo fácil. Este tipo de operaciones también se vienen haciendo a nivel interno. En esencia, el proceso de capacitación e infiltración de agentes encubiertos dura varios años, pero la trayectoria y experticio que han logrado la mayoría de agentes colombianos, ha permitido que para este año se desarticulen alrededor de 35 organizaciones criminales. En este sentido, el director de las operaciones en Colombia señala que se trata de organizaciones pequeñas y puntuales que ven el negocio del narcotráfico como una inversión especifica en donde traen los dineros al país, buscan el retorno de la inversión en su nación de origen y la mayor parte de las veces desaparecen, ocultan su perfil y luego aparecen esporádicamente. Por ello, cada día se hace más difícil su identificación, ya que no pertenecen a las antiguas organizaciones conocidas como carteles.

droga

A este factor destaca que aunque es difícil establecer un precio estándar de las operaciones, una entrega controlada le puede costar al país hasta 200 mil dólares, ya que requiere una estructura básica que implica viajes en embarcaciones, aviones o desplazamientos terrestres, costos de la droga, entrega de dineros, entre otros gastos.

A este factor destaca que aunque es difícil establecer un precio estándar de las operaciones, una entrega controlada le puede costar al país hasta 200 mil dólares, ya que requiere una estructura básica que implica viajes en embarcaciones, aviones o desplazamientos terrestres, costos de la droga, entrega de dineros, entre otros gastos. A ello le suma que se debe ser cuidadoso porque en muchas legislaciones internacionales, dependiendo de la cantidad de droga incautada se judicializa  o no al narcotraficante.

En el caso de las entregas controladas en Colombia, también son complicadas. La razón que se advierte es que las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico son más intuitivas y prudentes lo cual hace que una operación de esta magnitud sea cuestión de filigrana. Ahora, el asunto se vuelve más difícil porque el negocio lo están manejando las disidencias de los grupos armados ilegales y la nueva generación de las denominadas bandas criminales.

La lucha contra el narcotráfico en Colombia, pese a las dificultades no cesa. La Fiscalía, la Policía Antinarcóticos y la Dijín siguen evolucionando en la aplicación y búsqueda de nuevas fórmulas para contrarrestar el lastre que ha significado para el país, el negocio del tráfico de drogas y el insumo que ha sido durante décadas para la guerra con miles de víctimas. Por ahora, la mejor fórmula son los agentes encubiertos y las entregas controladas

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