El pasado domingo 15 de noviembre, en las primeras horas de la mañana, un ciudadano llamó a la línea de emergencia 123. El propósito era alertar a las autoridades de un hecho que estaba sucediendo a pocos metros de una casa ubicada en pleno sector residencial.
Eran las 7am aproximadamente y en la comunicación el denunciante alertó a la policía, que al frente, sobre el andén, apareció el cuerpo sin vida, que por las primeras impresiones, se trataba de una mujer joven, de cabello largo, que vestía chaqueta, blusa, jeans y que no tenía zapatos.
El trágico hecho sucedió en el noroccidente de la capital de la República. En concreto, en la calle 86D, en el inmueble identificado con el número 30-49, que corresponde al barrio San Martín, perteneciente a la localidad de Barrios Unidos, un sector de clase media.
Luego del llamado ciudadano y ante la alerta de los vecinos que asombrados se agolparon en el lugar, aparecieron a los pocos minutos agentes de la policía del sector y horas después efectivos del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía, CTI.
Según registros oficiales conocidos por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, la víctima es Yuddith Alexandra Anaya Pacheco, de 33 años de edad, quien reside en el barrio Modelo, ubicado cerca al sector del Parque Salitre, en el noroccidente de la capital.
Yuddith Alexandra, era la menor de cuatro hijos. "Era la niña de la casa, la consentida, una mujer luchadora y admirable que superó con valentía sus dificultades", cuenta uno de sus familiares. Nació en Cúcuta. En su infancia cayó de un cuarto piso que la dejó con una condición especial. Con terapia, esfuerzo y dedicación salió adelante.
De niña y adolescente lidió con el bullying por su limitación, pero tenía claro que su condición era física y no mental. Batalló, se graduó como bachiller. Luego quiso ser chef, pero la institución donde se destacó no la graduó. Una constancia del peligro que le podía generar el manejo de elementos de cocina como cuchillos, no le permitió recibir el título.
Eso la frustró por algún tiempo, pero no la venció. Con la firmeza de sus convicciones y su espíritu inquebrantable, estudio comercio exterior y luego hotelería y turismo. De uno de sus amores nació su hija, que se convirtió en la nueva consentida de la familia. Siguió adelante, inicio varios emprendimientos, entre esos, uno de postres en línea. Pero llegó la pandemia y la confinó como a todos en casa.
Hace pocas semanas el país se reactivó y su alma resiliente también. Al tiempo que cuidaba a su hija y los niños de otros familiares, comenzó a enviar hojas de vida. Remitió cerca de cien. Su nuevo reto era conseguir un buen trabajo, ser productiva. Tampoco dejaba de estudiar estaba haciendo un curso para ser coaching. Aferrada a estas nuevas metas llegó la tragedia.
Yuddith es hermana materna de Yajaira Cáceres Pacheco, una abogada que ocupó varios cargos en la Fiscalía y quien desde el pasado 9 de enero fue designada como Contralora Delegada Intersectorial, adscrita a la Unidad de Investigaciones Especiales contra la Corrupción en la Contraloría General de la República. La funcionaria no se refirió al caso.
En concepto de otros familiares, antes de su fallecimiento, Yuddith Alexandra evidenció que iba a cumplir una cita, sin precisar detalle alguno. Y así fue, salió de su casa el sábado 14 de noviembre hacia las 4pm y la recogió un hombre, aún no identificado, frente a su residencia. Estaba vestida con chaqueta y blusa negras, blue jeans, tenis negros y bolso pequeño que utilizaba terceado.
En efecto. El hombre apareció en un vehículo de servicio público, que aún las autoridades no han identificado marca, placa, si era ocupado por varias personas además de la mujer y a qué empresa se encuentra afiliado.
De allí, se fue con rumbo desconocido, durante 17 horas permaneció desaparecida y no hay claridad sobre cuales fueron sus actividades en donde estuvo y con que personas.
Algunos conocidos de la víctima señalaron que la mujer no había recibido amenazas, no tenía enemigos ni se conocía que tuviera asuntos o problemas que llevaran al fatal desenlace.
Varios detalles generan más dudas que certezas en el crimen. Según los primeros registros audiovisuales de las cámaras del sector, ese domingo en la tarde, apareció un vehículo particular, cuando apenas los habitantes del barrio San Martín despertaban, que dejó abandonado en el andén el cuerpo sin vida de Yuddith Alexandra.
Otro detalle. El informe preliminar de necropsia expedido por los forenses del Instituto de Medicina Legal, da cuenta que la víctima tenía signos de violencia. Hematomas en la cabeza, en su ojo derecho y una protuberancia en el pecho como si hubieran intentado asfixiarla. El esternocleidomastoideo fue lesionado, tiene golpes en la pierna derecha en la parte del muslo, en la rodilla y en la zona iliaca y sacra.
Lo cierto es que han pasado dos semanas del crimen y las causas del homicidio no son claras. Mucho menos el responsable. La Fiscalía sigue investigando el caso.
Al respecto, el equipo de defensa de las víctimas en coordinación con el ente acusador viene efectuando varias actividades investigativas para precisar lo que sucedió. En esencia, se buscan cerca de 100 horas de video en las cámaras del sector desde el momento en la mujer salió de la casa hasta la hora en que fue dejada por sus victimarios en la vía pública.
No obstante, las pesquisas avanzan. Se identificó el vehículo en donde transportaron el cuerpo. Además que personas participaron en el crimen, esto mediante el cruce de varias comunicaciones telefónicas y los mensajes que se cruzaron a través de redes sociales en momentos del ilícito.
Una hipótesis que también se maneja en el caso si en algo tuvo que ver, el parentesco de la víctima con las labores de su hermana exfiscal y actual contralora. “Con el trabajo que hizo durante varios años en el CTI, en varias operaciones antinarcóticos, en asuntos anticorrupción, y ahora investigando el manejo de las regalías, no se descarta una represalia por su trabajo”, aseguró uno de los investigadores del caso.
Por su parte, el abogado de víctimas, el penalista Marlon Díaz, aseguró, “este homicidio ha requerido un esfuerzo forense complejo e importante para determinar las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que sucedió así como sus móviles. Se demuestra una vez más, cómo los agresores de género ubican a sus víctimas, quienes de manera indefensa pueden resultar sin vida. Esperamos pronta y cumplida verdad y justicia”.
Esta semana, un juez de condenó a Jorge Eliécer Galeano Ortíz a 40 años de prisión por la muerte de su compañera sentimental. Según registros oficiales de Medicina Legal en 2020 más de 200 mujeres y niñas han sido víctimas de feminicidio. Todo indica que el caso de Yuddith Alexandra Anaya Pacheco, entrará a engrosar esta estadística repudiable en el país. Su familia clama pronta justicia.