La defensa de Hugo Alejandro Zabaleta Sossa, sindicado de ser el homicida de Luisa Fernanda Ovalle, la porrista de Millonarios, no solo le solicitará al juez su absolución, también contraatacará. Pedirá que se compulsen copias por el delito de falso testimonio a Juan Gabriel Villabón Guarnizo el único testigo de la Fiscalía y quien apareció años después del asesinato de la joven y contra el policía judicial Jhon Castro, adscrito a la Unidad Investigativa de la Sijin-Mebog por el delito de fraude procesal. Con esto aumenta la tesis de que la captura de Zabaleta se trató de un falso positivo de la justicia.
Luisa Fernanda Ovalle de apenas 18 años de edad, fue asesinada el 30 de noviembre de 2013, hacía las 8:00 p.m, en medio de un torrencial aguacero que azotó ala ciudad. Cursaba quinto semestre de ciencias políticas en la Universidad San Buenaventura, era porrista de Millonarios y trabajaba como modelo de protocolo en eventos de mercadeo y publicidad. Justamente, al regresar a su casa en el barrio Castilla, al sur de Bogotá, luego de asistir a un evento, un sujeto le propinó seis heridas con arma blanca a la altura del pecho y el abdomen y luego huyó. Ovalle fue trasladada a la Clínica Occidente en donde el cuerpo médico intentó sanar su pulmón perforado pero el esfuerzo fue en vano, ella murió.
Los anuncios de las autoridades en cabeza del entonces director de la Policía Metropolitana de Bogotá, el general Humberto Guatibonza no se hicieron esperar, ante la indignación de la opinión pública que subía como espuma, el oficial prometió solicitar ayuda al FBI, el organismo de investigación judicial de Estados Unidos, pero fue en vano. La chaqueta con machas de sangre y huellas que se remitió a ese organismo americano no fue elemento suficiente, pues la lluvia arrasó con la evidencia.
Desde el 1 de diciembre de 2013 hasta finales del 2014, se ofreció el pago de una recompensa a quien entregara información que permitiera la captura del asesino. La primera oferta fue de $5 millones, luego se incrementó a $10 millones, con el paso del tiempo y el aumento de la sensación de impunidad, así como la presión por resultados, la recompensa llegó a los $70 millones.
Había transcurrido un año desde el crimen y la investigación de las autoridades había sido infructuosa, sin embargo, concidencialmente con la millonaria recompensa apareció un sujeto que aseguró haber sido testigo del crimen. Afirmó que lo conmovió ver el sufrimiento y las lágrimas de la madre de Luisa, a través de los medios de comunicación.
Las autoridades desestimaron la declaración de aquel hombre porque era contrario al entregado por otras cinco personas que sí coincidieron en su relato. Sin embargo, cuatro años después, el testimonio desestimado en el pasado, de pronto fue relevante para la Fiscalía, de esta manera el 1 de agosto de 2018, fue capturado en Bogotá, Hugo Zabaleta Sossa, un tatuador de 31 años que vivía en el mismo barrio de Ovalle y al que le fue imputado el delito de homicidio agravado y recluido en la cárcel La Modelo de Bogotá.
El anuncio de la captura del presunto homicida parecía haber puesto fin a años de impunidad y sufrimiento de la familia. Sin embargo, con el tiempo se han evidenciado varias inconsistencias.
La Fiscalía solicitó al Instituto de Medicina Legal una valoración psiquiátrica para establecer la idoneidad de las facultades mentales, pero el peritaje estableció que Juan Gabriel Villabón Guarnizo tenía problemas cognoscitivos, la abogada de Zabaleta, Miryam Pachón solicitó se practicara una nueva valoración psiquiátrica al testigo, pero se encontró con una sorpresa. Las autoridades le informaron que no era posible practicarle una nueva valoración porque se encontraba en un programa de protección de víctimas y testigos.
Ante la respuesta, la abogada acudió a un juez de control de garantías para establecer si Villabón se le había pagado la recompensa y el porqué no podía comparecer a los requerimientos de la defensa. La respuesta de la policía judicial fue que después de rendir el testimonio recibiría la recompensa y también le informaron que el testigo había desaparecido.
Varios hechos salieron a relucir en el juicio y también se evidenciarán en los alegatos. El primero de ellos es que sí hubo un testigo directo del ataque a Luisa Fernanda, se trata de Liliana, una señora que estaba con su hija que vio todo lo sucedido y que incluso afirmó que el asesino luego del crimen pasó por su lado.
En el testimonio que rindió ante el juez, la mujer narró que corrió con su hija hasta una portería y la dejó con un vigilante para regresar y ayudar a la víctima. Y es que de ella quien con otras personas recogió a Luisa del suelo, tomó un taxi y la llevó a la clínica. Liliana también afirmó que recogió las pertenencias de Ovalle y que las demás personas se dieron cuenta que todo estaba intacto. Un testimonio que desvirtúa la teoría del caso de la Fiscalía que ha afirmado que el móvil de la muerte de Luisa Fernanda fue un asalto.
Otros testigos corroboraron el testimonio de Liliana entregado en juicio y aseguraron no haber visto a Hugo Alejandro Zabaleta Sossa el día de los hechos ni en la escena del crimen.
La Fiscalía presentó 40 videos de las cámaras de seguridad de la zona, sin embargo, ni las autoridades nacionales ni internacionales con su tecnología pudieron identificar el rostro del atacante, tampoco fue posible confirmar que el sujeto de los videos sea Hugo Alejandro Zabaleta. Con un detalle adicional, en los videos no se reconoce a Zabaleta pero tampoco aparece el testigo que lo incriminó, es decir Villabón Guarnizo.
Y es precisamente Villabón quien por su versión debía aparecer en el registro de las cámaras de seguridad. Pues en su testimonio afirmó que él se encontraba en un bar cercano al parque donde ocurrieron los hechos, que había tomado diez cervezas y que sintió un deseo incontrolable de orinar, como el baño del lugar estaba ocupado, decidió salir, caminar más de 100 metros hasta el parque. Con un detalle particular, para ese momento en Bogota, según registros del Ideam, llovía copiosamente.
Asimismo la versión del testigo de la Fiscalía discrepa con el de otras personas que estaban en el parque, incluida Liliana. En el juicio Villabón afirmó que vio cómo Zabaleta arrastró a Luisa, la tiró al piso y sacó un cuchillo de la pretina del pantalón y le propinó tres puñaladas en el pecho y ahí en ese momento observó el rostro del atacante porque estaba en el suelo junto con la joven. Sin embargo, Liliana en su relato manifestó que solo vio a la víctima caer.
Un hecho adicional favorece a Zabaleta y pone en entredicho la investigación de la Fiscalía. Un investigador contratado por la defensa evidenció en el juicio que el ente investigador realizó un álbum fotográfico de donde se aportó la fotografía de Hugo Alejandro Zabaleta Sossa, cuando sacó la cédula de ciudadanía, el investigador demostró que esa fotografía había sido manipulada y modificada utilizando foto shop. Por este hecho se solicitará se investigue penalmente por fraude procesal al patrullero de la Sijin, Jhon Castro.
El pago de la recompensa al testigo de la Fiscalía Villabón Guarnizo también deja más sombras que luces. En el juicio se evidenció que se le pagaron $10 millones pero no por aportar información que permitiera el esclarecimiento de los hechos si no por indicar la ubicación de Hugo Alejandro Zabaleta.
Para la defensa este hecho es injustificable, pues el procedimiento establecido en materia penal para la ubicación de una persona es la búsqueda selectiva en bases de datos esto es, a través de la información que reposa en EPS, entidades financieras, empresas de telefonía móvil, entre otras, que están a disposición de la policía judicial y que no tienen ningún costo. Para la defensa es inexplicable porque se pago esa suma para establecer la dirección de una persona que desde los 16 años de edad vive en el mismo barrio y su nombre está en las bases de datos habituales.
La ingesta de licor por parte del testigo Villabona es un elemento adicional que se evidenció en el juicio. El testigo afirmó que en su estado de discapacidad mental de índole cognoscitivo certificado por Medicina Legal, el se emborracha con 24 cervezas. Sin embargo, la defensa reprocha que a pesar de la conclusión del testigo de lo qué pasa con su lucidez cuando ingiere alcohol, la noche de los hechos éste había ingerido trece cervezas lo que implica un tercer grado de embriaguez.
En este contexto la defensa de Zabaleta pedirá se investigue penalmente al patrullero de la policía que alteró la fotografía de su cliente y también de Villabona de quien dice se trata de un caso más en la justicia de un falso testigo. Por su parte la Fiscalía insiste en la teoría del caso de que se trató de un atraco y de que el causante de la muerte de Luisa Fernanda Ovalle es Hugo Zabaleta quien está en libertad por vencimiento de términos.
Esta semana el juicio finaliza con los alegatos de conclusión presentados por las partes. El juez de conocimiento debe proferir su fallo en pocos días. Todo apunta a que se puede tratar de un nuevo falso positivo de la justicia.