El 11 de julio de 2003, casi cuatro años después de ser elegida virreina, en el Concurso Nacional de Belleza en Cartagena, Carolina Cruz Osorio quiso diversificar sus actividades. Estimada por el público, modelando en reconocidas pasarelas y afianzándose como presentadora, su nombre se convirtió en una marca. Por ello incursionó en el mundo empresarial creando su propia compañía. Hoy, casi dos décadas después de su aventura comercial busca salir de la tenaza que le impusieron los bancos.
Impulsada por su madre Luz María Osorio y su hermano, Iván Cruz, graduado en administración de empresas, inició su carrera como empresaria con una pequeña fábrica de bisutería.
El primer paso de la presentadora fue constituir la sociedad comercial denominada Carolina Cruz EU (Empresa Unipersonal). Una iniciativa comercial mediante la cual no sólo la modelo buscaba comercializar productos de joyería y artesanías, sino tratar de darle una oportunidad laboral a madres cabeza de familia.
La aceptación del público fue inmediata. En 2004 abrieron una oficina en Unicentro, Bogotá. En abril de 2005, el negocio siguió evolucionando, al mismo tiempo que transformó la naturaleza de su compañía que pasó de ser una empresa unipersonal a sociedad anónima bajo la razón social, Carolina Cruz Joyería y Accesorios.
Dos meses después registró su primer establecimiento de comercio, el local 108 del centro comercial Santa Ana en Bogotá. No pasó mucho tiempo para que matriculara uno más; el local 1-144 en el centro comercial Santafe, uno de los más costosos y concurridos de la capital. Además se extendió a la distribución de accesorios en boutiques de las principales ciudades del país.
Para ese momento, era evidente que el negocio marchaba sobre ruedas y que mientras la exreina consolidaba su imagen en las más importantes campañas publicitarias, su hermano Iván Darío Cruz Osorio se encargaba de gran parte de las gestiones financieras, comerciales y administrativas de la empresa.
Con la transformación de la compañía y la focalización de sus negocios en el ámbito de la joyería y la bisutería siguió creciendo, en un lustro que quizás se convirtió en el de mayor rentabilidad empresarial.
Con el reconocimiento de su marca vinieron las alianzas. La firma Calzatodo lanzó una línea de productos con la ex reina y fue su imagen. Luego, incursionó en el mercado de los bronceadores, splash, cremas y una amplia línea de productos cosméticos.
Esta nueva línea de negocios la llevó a tomar una nueva decisión empresarial. El 26 de mayo de 2011 constituyó otra sociedad CC Talento SAS. Una compañía con la que quiso desarrollar de manera independiente las actividades con las que logró mayor reconocimiento. Negocios de modelaje, esparcimiento, culturales, de presentación de eventos, gestiones artísticas, así como de educación, capacitación y emprendimiento.
Más adelante, el 30 de mayo de 2012 con las ventajas que aportaba el modelo de empresa impulsado desde el legislativo en el 2008, denominado, Sociedades por Acciones Simplificadas, SAS, Carolina Cruz decidió transformar una vez más su primera empresa. Esta vez, la denominó Inversiones CO SAS. Su objeto social también se amplió.
Además de la joyería y los accesorios, la modelo incursionó en comercialización de productos de salud y belleza, venta de ropa, desarrollo de modelos de franquicia, actividades culturales y de entretenimiento, así como presentación de eventos y también en televisión, entre otros negocios.
Sin embargo, la invasión de productos chinos hizo mella en las finanzas de su marca y por eso en el año 2013 le hizo una reingeniería a su marca. Trabajo en concientizar a su público que sus productos eran de altísima calidad y hechos en Colombia. Tiempo después, firmó un convenio con la marca de ropa Xuss de la cual es su imagen, para comercializar en sus tiendas su bisutería.
A la par de su línea de accesorios y productos de belleza, continuaba cosechando éxitos como modelo. Chamela, Kotex, Pantene, Kalley, Marketing Personal continuaron eligiéndola como su imagen.
No obstante, para el año 2017 y cuando hizo pública su decisión de incursionar en el mercado internacional con sus accesorios, decidió acudir a los bancos para obtener mayor liquidez.
Firmó tres pagarés con el Banco de Bogotá. Uno por $207’224.000 para pagar en 36 cuotas los quince días de cada mes por valor de $5’756.222. La primera se pagaría el 15 de octubre de 2017. También se pactó el interés corriente la tasa nominal más el 6.25% anual.
Inversiones CO SAS, Iván Dario Cruz y Carolina Cruz suscribieron otro pagaré por $297’675.000 para pagar en 60 cuotas. Los días 22 de cada mes deberían desembolsar $4’962.259. El interés pactado fue igual al anterior y la primera cuota se pagaría el 22 de octubre de 2017.
Finalmente suscribieron un tercer pagaré por $43’932.302 para cancelar el 8 de junio de 2018. De este se fijó como interés moratorio la tasa máxima legal permitida por la Superintendencia Financiera.
Cumplidamente, los días 15 y 22 pagó las cuotas acordadas al Banco de Bogotá. Pero en abril de 2018, un revés en las ventas impidió cumplir con las cuotas, vinieron las llamadas; el famoso cobro prejurídico.
Con tres meses de mora, la entidad bancaria no esperó la promesa por parte de Carolina y su hermano de que pronto se pondrían al día y ensamblaron un proceso ejecutivo singular ante los jueces civiles.
El 10 de agosto de 2018, el juzgado 23 Civil del Circuito, libró mandamiento de pago en contra de Inversiones CO SAS, Iván Dario Cruz Osorio y Carolina Cruz Osorio. Pero cómo sucede en los pleitos civiles, el Banco ya no buscaba que la exreina se pusiera al día en sus cuotas, sino que hizo exigible la totalidad del crédito, es decir, el capital acelerado, las cuotas en mora y los intereses.
Y cómo la ley ordena que tiene prelación las obligaciones con el Estado, el juez ofició a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, DIAN. Casi de inmediato, el 9 de octubre, la entidad informó que la empresa de la ex reina le debía al erario $42 millones por concepto de impuesto de renta del primer periodo del año 2014 y el impuesto a las ventas en el tercer periodo de 2017 y el primero de 2018.
Vendria luego otra comunicación, el anuncio que le serían embargados los dineros o fiducias que tuviera en trece entidades bancarias, Banco de Bogotá, BCSC, Colpatria, Davivienda, Banco Agrario, Banco Irán, Banco de Occidente, Banco Popular, Citibank, Banco Sudaméris, Bancolombia, Av Villas, Banco Popular, Banco Popular, Banco BBVA, Banco Corpbanca en contra de ella, su hermano y su empresa.
De igual forma, el embargo y secuestro del establecimiento de comercio de la sociedad, la razón social, y lo que más la mortificaba, también el posible embargo y secuestro de máquinas y enseres.
Pocos meses después, el abogado del Banco de Bogotá, le solicitó al juez la terminación del proceso, pero no por pago, si no porque Carolina Cruz y su hermano habían llegado a un acuerdo con la entidad financiera. Aplicarían la figura jurídica de la novación, es decir, la sustitución de esas obligaciones con otras. El juez aceptó y el proceso terminó el 25 de junio de 2019.
Al respecto, Carolina Cruz ha reconocido sus complicaciones económicas. En declaraciones a varios medios de comunicación señaló que el año anterior fue muy difícil y que con frecuencia la llaman los bancos. Pese a que la situación es apremiante, la presentadora sigue luchando para salir adelante.
Aunque adquirió nuevas obligaciones con los bancos para evitar liquidar el emprendimiento por el que ha trabajado incansablemente, el 21 de agosto pasado canceló la matrícula mercantil y el 30 de diciembre de 2019, la registró en la Cámara de Comercio de Bogotá. La empresa no se liquidó si no que fue absorbida por su otra empresa Inversiones CO SAS, con la que aspira poder salir a flote.