Por Diego Jemio
Corresponsal Argentina
Cuenta la historia que Mauricio “Chicho” Serna estaba concentrado con Boca en la ciudad de Mar del Plata en 1998. Era un recién llegado, pero ningún nene de cuna. Había jugado mundiales con la selección de Colombia y varias ediciones de la Copa Libertadores. Apenas pisó Buenos Aires, los periodistas lo habían punzado con una pregunta: “¿Qué opina de las palabras de Diego Maradona? Él dijo que usted no estaba a la altura de Boca Juniors?” El hombre nacido en Medellín respiró hondo y contestó con respeto: “No lo escuché ni lo vi. No tengo que opinar de lo que no sé. Vengo a demostrar por qué me contrataron”. Mientras almorzaba en el hotel marplatense, sonó el teléfono. Era el mismo “Pelusa”, que quería hablar con “Chicho”.
“Vi la entrevista que te hicieron. Te felicito por tu respuesta. Yo solo dije que quería a Fernando Redondo en ese puesto”, le dijo al teléfono el Diez. A partir de ahí, se formó una amistad. Serna fue a la despedida de Maradona y Diego le devolvió la gentileza.
Esa escena quizá condensa la relación de respeto -y admiración- entre colombianos y argentinos. El más grande de todos los tiempos le estaba dando la bienvenida a Serna, que terminó ganando torneos, dos Libertadores y una Intercontinental con Boca. Y convirtiéndose en ídolo, junto con sus compatriotas Óscar Córdoba y Jorge Bermúdez.
Aunque pasaron 20 años desde aquella anécdota de Serna, los colombianos siguen llegando año tras año a la Argentina. De distintas regiones y estratos sociales, los jugadores son valorados en un fútbol competitivo y que se caracteriza por ser más exportador que importador de jugadores. Según datos de la FIFA, Argentina fue un país con una balanza comercial superavitaria en 2017. Durante ese año, los clubes invirtieron apenas US$42 millones en la compra de futbolistas (31,7% menos que en 2016). Y vendieron una cifra nada despreciable de US$204 millones, lo que representa un 33% más comparado con el año anterior.
La voz de los especialistas
En River Plate, salvo algunos nombres, no hay titulares indiscutidos sino un grupo de 15 o 16 jugadores que siempre son tenidos en cuenta por el técnico Marcelo Gallardo, uno de los más ganadores de la historia del club. Juanfer Quintero y Rafael Santos Borré están en ese selecto grupo e hicieron goles importantes en los “Millonarios”, como los de cuartos de final de la Libertadores ante Independiente.
“Ellos están en pleno idilio amoroso con la gente. Juanfer conquistó rápido al hincha porque tiene el ADN del fútbol que siempre le gustó a River: un manejo excelso, filtra pases difíciles que dejan cara a cara a los delanteros y una estampa que hace acordar a los grandes números diez que tuvo el club. Por ejemplo, Norberto Alonso, Ariel 'Burrito' Ortega y hasta el mismo Marcelo Gallardo, que hoy es el técnico”, analiza Maximiliano Benozzi, periodista del suplemento Deportes del diario Clarín, quien cubre River desde hace cinco años.
Ni Borré ni Quintero tuvieron problemas de indisciplina -había algunas dudas sobre ellos- en River Plate, que tiene uno de los mejores técnicos de la Argentina y muy hábil en encauzar la conducta de sus jugadores. “Con ellos no hubo inconvenientes. Incluso tampoco cuando estuvo Teo Gutiérrez, que fue contenido más allá de algún cruce mediático con los dirigentes. Nada que ver con lo que pasó en Racing, cuando entró a un vestuario con un arma”, recordó Benozzi.
En la vereda de enfrente, Boca Juniors es el vigente bicampeón de la liga local. Marcelo Guerrero, comunicador que siguió la campaña de Boca por el mundo en el período 2000-2011 para el diario deportivo Olé, destaca el aporte de los colombianos a la actual estructura del club del sur de la ciudad de Buenos Aires. “Sebastián Pérez es quizá el único colombiano que no pudo afirmarse en los últimos años. Tuvo una lesión de ligamentos, que lo mantuvo al margen durante ocho meses. Todos los demás tuvieron una gran adaptación e hicieron aportes importantes para los dos títulos locales. El último en llegar, Sebastián Villa, se presentó como un jugador con gran potencial, tanto por la edad como por la rapidez. El cumple una función muy requerida en el fútbol moderno: es capaz de ir y volver, con eficacia en la defensa y el ataque”.
Además del rendimiento, algo fundamental en un club como Boca con poco margen para el error, Guerrero destaca la madurez y el profesionalismo de los futbolistas colombianos que llegaron a la liga argentina. “Algunos vinieron con experiencia y otros no tantos, pero se adaptaron con mucho profesionalismo. Fijate el caso de Villa. Llega a un equipo que viene de salir bicampeón, pero que a su vez tiene mucha presión. Le tocó convivir con el mejor River de los últimos años, solo comparable con el de Ramón Díaz. Quizá al principio falló un poco Fabra, al que se le reprochó cierta falta de concentración para resolver jugadas en defensa. Pero Boca hoy lo extraña, a raíz de su lesión”.
En cuanto a la indisciplina, Guerrero no cree que la situación sea demasiado diferente a la de los jugadores argentinos. En definitiva, el combo es similar: jóvenes con dinero y tiempo, redes sociales y un club expuesto al que todos miran. “Hace poco, hubo algo menor en River con Borré. Pasó inadvertido por la forma de manejarlo del club. A principio de año, Cardona y Barrios tuvieron algún episodio, que sí salió en todos lados. Influye mucho el entorno y la forma de corregir del club”, agrega.
Él se refiere a un escándalo que repercutió en todos los medios en enero pasado en el exclusivo barrio de Puerto Madero. Dos mujeres denunciaron a los jugadores por “amenazas, lesiones y privación ilegítima de la libertad” en el Juzgado Nacional en lo Correccional N°6. Dos meses después, los jugadores fueron citados de declarar por la fiscalía. En esa ocasión, Boca decidió desafectarlos de la delegación que hacía pretemporada en Mar del Plata. Miguel Ángel Pierri, abogado de los jugadores, fue categórico en declaraciones a los medios: “Mienten, ninguna mujer fue agredida. Este hecho no ocurrió. ¿Queda claro? Insisto: Cardona y Barrios no hicieron nada de lo que se dijo”. Finalmente, la fiebre mediática bajó y los futbolistas volvieron a ocuparse de los entrenamientos y partidos, aunque la causa judicial sigue su rumbo.
La voz de la historia
La historia de los colombianos en River y Boca tiene ya algunas décadas. Quizá en aquel 5-0 por las eliminatorias del Mundial de Estados Unidos 1994 fue importante para que los dirigentes argentinos pusieran los ojos en el país.
Con una historia particular, los primeros colombianos que vistieron la camiseta de Boca fueron Carlos Fernando Navarro Montoya y Walter Perazzo en 1988. El primero nació en Medellín y el segundo en Bogotá cuando sus padres jugaban en el fútbol colombiano. Sin embargo, se criaron y desarrollaron su carrera en la Argentina. En 1985, el “Mono” jugó algunos partidos oficiales para Colombia, en el marco de las Eliminatorias para el Mundial de México 1986. Esos encuentros le quitaron la posibilidad de vestir la camiseta de la selección nacional argentina, algo que lamentó en muchas oportunidades.
Sin dudas, los tres nombres que quedaron en la mente de los hinchas de Boca son Oscar Córdoba, Jorge Bernúdez y el mencionado Serna. Éste último incluso decidió quedarse a vivir en Buenos Aires. Ellos ganaron torneos locales, Libertadores e Intercontinental en el recordadísimo Boca de Carlos Bianchi, el técnico más ganador de la historia del club.
Guillermo Schoua tiene toda la vida deportiva de Boca en la cabeza. Historiador oficial del club y miembro de la Subcomisión de Historia de la institución, está encargado de recopilar la información, manejar los archivos e incluso dar talleres a los interesados en aprender sobre el club que tomó sus colores de un barco sueco que pasaba por el puerto.
“Sin dudas, Córdoba, Serna y Bermúdez son los tres más importantes y reconocidos por los hinchas. No sólo son recordados por sus éxitos deportivos sino también por su conducta y su buena educación. Quizá un escalón más abajo están Fabián Vargas y Luis Amaranto Perea, que ganaron torneos locales y la Copa Intercontinental en 2003. En la actualidad, la figura más destacada es Barrios. Quizá porque representa el estilo histórico del jugador de Boca: luchador y metedor en todas las pelotas en juego. Quizá Colombia le aportó a Boca más defensores que mediocampistas y delanteros. En el 94 estuvo John Jairo Tréllez, pero no dejó un buen recuerdo”, destacó Schoua.
En la historia de River, sucedió exactamente lo contrario: los delanteros se destacaron y lograron grandes cosas. “A Boca le redituaron más los colombianos del centro del campo para atrás y a nosotros al revés. El primer colombiano -y muy recordado por la gente- fue Juan Pablo Ángel, que vino en 1998. Es el primer recuerdo de la gente”, cuenta Patricio Nogueira, vicepresidente del Área de Museo, trofeos e historia de River.
Ángel pisó fuerte en suelo argentino. Fue campeón de la liga local con River en dos oportunidades, además de consagrarse goleador del Apertura 2000 con 13 tantos, algunos muy importantes, como el que le hizo a Boca en un triunfo 2-1. Esa marca lo llevó al Astor Villa de la Premier League inglesa. “La gente también guarda un recuerdo fabuloso de Radamel Falcao. Lo siente muy riverplatense porque hizo las inferiores en este club. Aunque tuvo una lesión, hizo goles en partidos importantes. A Teo Gutiérrez lo quieren mucho también. Lo aplaudieron incluso cuando vino a jugar con otras camisetas, lo mismo que Mario Yepes”.
La voz de los hinchas
Los clubes grandes tienen filiales y “peñas” distribuidas en todo el país. Son hinchas que recorren la vasta geografía argentina atrás de su equipo, organizan rifas para financiar los viajes y, en muchos casos, cumplen un rol social en su comunidad. Ellos representan, de alguna forma, la voz de los hinchas que Boca y River tienen en todo el país.
En la ciudad de Mar del Plata, a 400 kilómetros de Buenos Aires, funciona la Filial Enzo Francescoli, una de las más antiguas del país inaugurada en 1978. Carlos Viladomat organiza viajes al Monumental para alentar al equipo, además de coordinar la institución que tiene un bar temático. Para este fanático “millonario”, los colombianos son sinónimo de buen juego.
“En los últimos años, significaron para el club goles y creación de juego. Hay otra característica que, como hincha, me encanta: la perseverancia. Muchas veces, los goleadores argentinos se fastidian cuando están cruzados con el arco. Borré debe haber errado mil goles, pero él va y va con insistencia. Físicamente es un privilegiado; juega como si tuviese cuatro pulmones”, destacó.
Al igual que sucede con los jugadores locales, el hincha argentino puede disfrutar poco tiempo de los talentos colombianos. Una economía deprimida hace que los futbolistas sean rápidamente contratados por las ligas europeas. “¿Cuánto tiempo pueden durar Juanfer y Borré? ¡Nada! Nuestra economía no nos permite tenerlos y al poco tiempo emigran. Tuvimos un buen tiempo a Radamel Falcao, que hizo las inferiores en River. Colombia es un productor de buenos jugadores”, agregó.
Ubicada al noroeste de la provincia de Buenos Aires, Lincoln es sede de la Peña Flaco Schiavi, en honor al defensor de Boca que nació en esa ciudad. Gonzalo de las Heras es el presidente de la institución, que nuclea a unos 200 socios, que se juntan a ver partidos o viajan a la “Bombonera” para alentar al equipo dirigido por Guillermo Barros Schelotto.
“Los colombianos siempre le rindieron a Boca. Por supuesto que Córdoba, Bermúdez y Serna fueron los más ganadores. Pero ahora Barrios me hace acordar al 'Chicho'. Son dos cinco extraordinarios. Tienen una garra fantástica y nunca les pesó la camiseta. Es algo importante porque no cualquier juega en Boca. Acá vinieron jugadores que rendían en otros clubes, pero no en la Bombonera. Además, tienen buena conducta, salvo algunos incidentes pequeños que la prensa se preocupa por agrandar”.
Los grande aportes. Y el elogio de Guillermo
Argentina tiene una liga de fútbol productora de talentos. Sin embargo, cada vez es más frecuente la presencia de colombianos. ¿Cuál son los aportes de los jugadores que llegan? O, dicho de otra forma, ¿qué particularidad tiene su juego, que no se produce en tierras argentinas? En el caso de River, el historiador Patricio Nogueira responde con una sola palabra: enganches. “Ese tipo de jugadores no son tan frecuentes. Juanfer asombra con la extrema justeza de sus pases, la habilidad y las definiciones de lujo, como las de la Copa Argentina. En el caso de Borré, corre y marca hasta el minuto 90. Los dos se adaptaron al esquema de Gallardo y son titulares indiscutidos en un equipo que no suele tenerlos. Fuera del campo, son unos caballeros en el trato y la corrección”.
Guillermo Schoua, de Boca, coincide con su colega historiador y trae el caso de Cardona en Boca. “No hay tantos enganches ni creadores de fútbol. Se hace complicado en la Argentina encontrar un número 10. Pero son cuestiones que quizá no sean exclusivas de este fútbol. Pasa en todo el mundo. Todas las ligas quieren jugadores desequilibrantes”, agrega
Alguna vez, el técnico Carlos Bianchi dijo que tuvo la suerte de encontrarse con jugadores colombianos en Boca. Siempre elogiaba no sólo la técnica sino también la seriedad y el profesionalismo.
Boca y River están en la final de la Libertadores. Los hinchas de Boca esperan que aparezca la garra de siempre de Barrios o las asistencias de Sebastián Villa, a quien el técnico elogió recientemente. “Villa necesitó menos tiempo de adaptación que otros jugadores. Todavía le falta el roce del fútbol argentino pero tiene un potencial muy grande", describió Guillermo al joven de 22 años. Los de River querrán que Juanfer frote la lámpara y que Borré esté claro en la definición. Cualquiera que alce la copa, habrá presencia colombiana en una liga que cada vez los quiere y valora más.