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El romance con un fiscal de la JEP por el que terminó en prisión

Ana Cristina Solarte Burbano, era la pareja del exfiscal Julián Bermeo. Tenían planeado reconstruir su relación. Iban a almorzar pero se detuvieron en un hotel al norte de Bogotá. Dice, que sin advertirlo, el funcionario le depositó en una mochila US$40.000 de un soborno y la capturaron. Lleva ocho meses detenida y tramita libertad.

Por Agencia Periodismo Investigativo |

Ana Cristina Solarte Burbano viajó desde Popayán a Bogotá el pasado 28 de febrero a cumplir un sueño. A las 3:00 p.m del día siguiente debía estar en la Universidad Cooperativa de Colombia en donde tomaría unas materias que le permitirían acelerar su grado como abogada. Una llamada de su novio, Julián Bermeo, el fiscal de la Unidad de Investigación de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) le cambió la ruta y terminó en prisión.

La mujer es sindicada por la Fiscalía de ser una de las cinco personas que supuestamente exigían US$2 millones para incidir en el trámite de extradición de Seuxis Paucias Hernandez Solarte, alias 'Jesús Santrich', quien para ese momento aún estaba en prisión. Ahora Solarte Burbano, al tiempo que proclama su inocencia, está solicitando su libertad, con pruebas que ponen en entredicho uno de los casos más mediatizados de este año.

Todo comenzó cuando las autoridades hicieron un operativo en el hotel JW Marriot al norte de Bogotá. En ese lugar, capturaron a varias personas. Aunque la noticia se centró en Luis Alberto Gil, el exsenador y cofundador del Partido PIN quien estuvo siete años en prisión por parapolítica y Carlos Julián Bermeo Casas, fiscal de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, de las otras tres personas poco se habló. Se trata de Luis Orlando Villamizar Gamboa, un contratista del departamento de Santander; Yamith Alejandro Prieto, un conductor y Ana Cristina Solarte Burbano, pareja del fiscal Bermeo.

En el escrito de acusación, en poder de la Agencia de Periodismo Investigativo, API, se afirmó que desde diciembre de 2018 hasta el primero de marzo de 2019, los capturados, “se pusieron de acuerdo con vocación de permanencia en el tiempo para cometer delitos contra la administración pública (cohecho propio y tráfico de influencias de servidor público) convenio delictivo en virtud del cual Luis Alberto Gil Castillo y Luis Orlando Villamizar, en división de trabajo criminal eran los encargados de realizar contactos y sostener reuniones para negociar los montos de las coimas”.

exfiscal Bermeo


Ante el juez de control de garantías, el fiscal del caso aseguró que Villamizar en una reunión realizada en el hotel Artisan exigió el pago de los US$2 millones para incidir en la extradición de 'Jesús Santrich'. Finalmente acordaron con la autorización del exsenador Gil Castillo, recibir US$460.000. El dinero, según la acusación, fue incautado en el momento de la captura.

En cuanto a Bermeo, fiscal II de la JEP, la Fiscalía aseguró que como servidor público recibió para sí y para las otras cuatro personas US$500.000. Además, que en las instalaciones del hotel JW Marriot aquel primero de marzo, recibió US$40.000 y que se los entregó a su pareja Ana Cristina Solarte para ocultarlos.

De Bermeo, también se aseguró que además de los delitos de tráfico de influencias y cohecho propio, incurrió en concierto para delinquir a fin de traficar estupefacientes pues con una persona identificada como Alexander Toro, en aquella reunión del primero de marzo negoció el envío de 120 kilos de cocaína a Roma, Italia, para ser distribuidas en una discoteca.

En este contexto surgieron interrogantes sobre cuáles fueron las verdaderas circunstancias y el auténtico rol de Ana Cristina Solarte, una mujer de 32 años, oriunda de La Unión, Nariño, radicada en Popayán, estudiante de derecho y pareja en proceso de reconciliación del fiscal Bermeo, para terminar enredada en un caso de connotación en Colombia y el extranjero.  

Una prueba fílmica es la base del debate. El video de la entrega del dinero al fiscal Bermeo fue divulgado el mismo día de la captura. Desde entonces, Ana Cristina inició una batalla judicial para demostrar que estaba en el hotel JW Marriot de manera circunstancial. De hecho, asegura que su novio, el fiscal Bermeo, al enterarse que ella viajaba a Bogotá, la invitó a almorzar y le pidió que lo esperara mientras asistía a una reunión de 15 minutos.

Efectivamente, mientras Bermeo acudía a la reunión con Gil para tratar el tema de Santrich. Ana Cristina Burbano, una vez más y como había sucedido en múltiples ocasiones, intercambiaba mensajes de Whatsapp con una de sus mejores amigas, expresando esa relación de amor y odio que había mantenido con Julián Bermeo y que le generó un tratamiento psiquiátrico, un aborto y una medicación con trazadona, un antidepresivo.

Su madre Amparo Burbano y sus amigas se cansaron de advertirle de la inconvencia de su relación sentimental con Julián Bermeo. Documentos que obran dentro del proceso evidencian por qué Ana Cristina Burbano estaba en Bogotá el día del operativo que generó su captura. 

El 27 de febrero la empresa donde laboraba, Emcasercicios, le aprobó vacaciones. Las solicitó porque la facultad de derecho de la Universidad Cooperativa de Colombia, con sede en Bogotá, la había citado el primero de Marzo. Debía coordinar horarios, materias y suscribir actas de compromiso porque el semestre académico ya había iniciado y su objetivo era graduarse como abogada. Así consta en un certificado suscrito por la decana de la facultad.

 

Unniversidad Cooperativa


Ese mismo día, la mujer había tramitado una cita médica en el área de ginecología de una EPS, “quería aprovechar mi estadía en Bogotá para hacerme chequeos médicos pues hace poco tuve un aborto, debido a tanto estrés producido por las continuas peleas con Julián Bermeo mi novio, de hecho me incapacitaron esos días por fuertes dolores de cabeza, ansiedad y estrés, hasta me remitieron al sicólogo el día antes de llegar a Bogotá”, aseguró Burbano.

También, esa misma mañana ingresó a un café internet y consiguió una cita médica para las 3:00 pm de ese primero de marzo. De allí salió para la universidad en un taxi, firmó las actas de compromiso, programó los horarios de las clases y al mirar su celular, encontró varios mensajes y llamadas perdidas de Julián Bermeo.

Al regresarle la llamada, Bermeo estaba molesto, le indagó por su ubicación, ella respondió que en la universidad. Aún disgustado le pidió que pasara hasta su trabajo para que almorzaran pero le advirtió que tenía que darse prisa pues ese día el debía regresar temprano a su oficina de la JEP. Así lo hizo, pues estaban en proceso de reconciliación.

En su declaración, Burbano afirma que peleaban mucho, que él había cambiado desde que emigró de Popayán y se radicó en Bogotá, “estábamos muy distanciados porque desde que él se vino para Bogotá, cogió la costumbre de apagar el celular y se me perdía, entonces yo había decidido alejarme de él, uno de mujer no se aguanta eso, más porque hacía poco yo me había enterado que andaba con otra persona, días antes de su cumpleaños que es el 24 de febrero, me buscó con un montón de regalos, me pidió perdón y me prometió que las cosas cambiarían”.

Y corrió apenas salió de la Universidad Cooperativa. Tomó un taxi y llegó hasta a la puerta del edificio donde estaba ubicada la oficina de Bermeo. Se subió al carro, casi de inmediato le manifestó a Ana Cristina Burbano qué pensara que quería comer pero le indicó que antes debía hacer una diligencia pequeña y le prometió que no se demoraría. 

 

Edificio JEP


En el recorrido entre el edificio de la JEP y el hotel, acordaron ir a un restaurante de comida peruana y Ana Cristina no vaciló en contarle cómo le había ido en la universidad. Apenas llegaron al sitio, ella se disgustó con Julián Bermeo. El hotel JW Marriot le pareció muy elegante y ella iba vestida informal, jean, tenis y una mochila. Él la alentó, le pidió que no se preocupara porque iba a ser una reunión corta, de unos cuantos minutos.

Se sentó en el lobby del hotel y Bermeo se fue a la reunión. Pasaron 15 minutos y ella empezó a cruzar mensajes con su amiga Liliana Sánchez Barco, una psicóloga que ha sido su confidente desde que tenía 12 años. Enfurecida, porque se estaba repitiendo la historia de que Bermeo la dejaba plantada le escribió a su amiga, diciéndole que otra vez la estaba tratando como una basura y se refirió a su novio con rabia.

Una situación que corroboró Liliana en una declaración que entregó, “Cris había tenido un aborto en enero producido por el estrés y las peleas constantes con su novio Julián, porque ellos han tenido una relación muy tormentosa por los celos de Julián y su forma de excluirla de absolutamente todas sus cosas (...) esas conversaciones las tengo en mi WhatsApp y deben estar en los de Cris y Julián”.

En el mismo testimonio indicó que Bermeo no trataba a su amiga Ana Cristina como su novia, pues tomaba decisiones, actuaba como si no tuviera una relación sentimental con ella y la ignoraba en todo. Entre otras cosas, Liliana también declaró que jamás, en los 20 años de amistad con Cristina la escuchó mencionar a Luis Alberto Gil Castillo, Luis Orlando Villamizar Gamboa y Yamith Alejandro Prieto Acero.

En declaraciones conocidas por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, tanto Luis Alberto Gil, Luis Orlando Villamizar y Yamith Alejandro Prieto, aseguraron que no conocían a Ana Cristina Solarte Burbano, que la vieron el día de la captura. Incluso Gil aseguró que Ana Cristina no estaba citada a esa reunión, que él no sabía qué se encontraba en el hotel y que tampoco se la presentaron.

 

Declaración


Ana Cristina, continuó con su relato en la declaración que reposa en el expediente. Afirmó que después de 30 minutos de espera en el lobby del hotel, por fin apareció Bermeo. Ella le reclamó, “¿me hiciste correr para esto? ¿quieres que me vaya?”. Tanto ella como su defensa, advierten que esto debe aparecer en las grabaciones del circuito cerrado de televisión, pero denunciaron que el hotel y la Fiscalía se han negado a proporcionarle a la defensa los videos completos y no editados que se conocieron públicamente.

También afirmó que cuando ella y Bermeo ya estaban de salida, apareció un señor que llamó insistentemente a su novio, lo tomó del brazo y se lo llevó. Ana Cristina enfurecida le advirtió que se iba a ir, pero el fiscal Bermeo le pidió que se sentara. Ella accedió.

Pasaron pocos minutos y Bermeo regresó, Ana Cristina quiso ir al baño se lo manifestó a él y este le refutó, “todo el tiempo que estuviste ahí sentada y cuando nos vamos a ir ahora si va a ir al baño”. Julián preguntó a los empleados del hotel la ubicación del baño, él le dijo a Ana Cristina que la acompañaba, segundos antes de que ella entrara al de damas y él al de caballeros, le dijo guárdame esto y metió algo en su mochila.

Ana Cristina afirma que entró al baño, se lavó las manos y cuando sacó la cosmetiquera para retocarse el maquillaje se dio cuenta que lo que había metido Julián Bermeo en su mochila, era dinero, lo único que observó es que no eran pesos.

 

Captura Bermeo


Cuando salió del baño dispuesta a preguntarle por qué había metido dinero en su bolso, Julián ya estaba con funcionarios del CTI de la Fiscalía, ella creyó que eran conocidos del trabajo de Bermeo, hasta que estos le solicitaron que no se moviera, le pidieron la mochila y encontraron el dinero.

En el entretanto Bermeo le empezó a hacer gestos que ella no entendió. Ahí se selló su historia y terminó en prisión acusada de hacer parte de una organización criminal interesada en afectar la solicitud de extradición de 'Santrich'.

Con sendos testimonios, incluido el de Julián Bermeo y de Luis Alberto Gil, tomados en la cárcel, así como las certificaciones de la Universidad Cooperativa, la empresa donde laboraba en Popayán, su historia clínica en el área de psiquiatría y ginecología, Ana Cristina Solarte Burbano, a través de su abogado Alejandro Carranza, ha solicitado  a un juez penal que revoqué la medida de aseguramiento en su contra por estar circunstancialmente el primero de marzo en el hotel JW Marriot. En otras palabras, por estar en el lugar equivocado.

 

Cárcel Buen Pastor


Por su parte el abogado defensor Alejandro Carranza, le manifestó a esta Agencia que ese proceso no es jurídico si no político y que el proceso contra su defendida debe precluir pues no tiene nada que ver con los hechos.

“Sirvió para impulsar públicamente las objeciones a la ley estatutaria de la JEP, pues coincide la fecha de esa tormenta en la que el Gobierno Nacional, el Centro Democrático y hasta Fedegan, pregonaban sin cesar que debía objetarse la ley estatutaria de la JEP, mientras todos los medios de comunicación desayunaban, almorzaban y cenaban con la presunción de inocencia de Ana Cristina, gracias a los videos recortados presentados por la Fiscalía. Nuestro excelentísimo señor Presidente incluso, en un trino, manifestó, refiriéndose al contexto del escándalo Bermeo -JEP - Santrich, que por eso debía haberse objetado la ley estatutaria”, aseguró el abogado.

Ana Cristina Burbano, completó ocho meses en la cárcel El Buen Pastor. Su expareja, el exfiscal Bermeo, también en prisión, es el más enredadado en el proceso, por que su aliado el exsenador Luis Alberto Gil sigue en negociación con la Fiscalia. Un juez tiene la última palabra.

Aviso API

 

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